Emilio tiene 27 años, y aún vive en casa de sus padres. Su hermana menor de 24 años, ya no vive con ellos. Trabaja en un despacho de abogados desde que terminó la carrera. Nunca ha tenido pareja, pero disfruta de una vida social satisfactoria.
Desde los 18 años ha consultado varias veces a diversos psicólogos y psiquiatras: desde entonces, y a raíz de un desengaño amoroso, según explica, tiene la idea de que no está adecuadamente limpio: por ello necesita lavarse las manos repetidamente, aunque sabe que es ilógico, pero si no lo hace se siente muy ansioso, y tiene que ceder a repetir el lavado. También al ducharse debe seguir un orden escrupuloso de lavado que le consume mucho tiempo, y que tiene que recomenzar si es interrumpido, o no sigue el orden establecido. Desde hace meses ha desarrollado la idea de que si al acabar cada ducha no reza un padrenuestro (aunque no es creyente) le pasará algo desgraciado a sus padres, y él sería el responsable. Está diagnosticado de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y la combinación de tratamiento psicofarmacológico y psicoterapéutico cognitivo-conductual han supuesto un cambio decisivo, de forma que hoy los síntomas son solamente residuales.
En la última clasificación de los trastornos mentales americana (DSM5, 2013) se ha considerado adecuado agrupar en la misma categoría (“TOC y trastornos relacionados”) a diversos cuadros clínicos debido a sus similitudes clínicas y neurobiológicas. Además, hay muchos otros síntomas característicos del llamado espectro obsesivo (comprobación, rigidez, acumulación, rituales mágicos), que a veces forman parte de otros diagnósticos categoriales (esquizofrenia, trastornos del espectro autista, trastornos por ansiedad…). Es necesaria una correcta valoración diagnóstica para establecer a qué cuadro clínico corresponden realmente (una persona puede padecer los síntomas obsesivos como su principal motivo de queja, pero no tratarse realmente de un TOC, sino por ejemplo de una esquizofrenia), determinar cuándo comienzan a ser patológicos, y qué tratamientos son los más adecuados.
