El estrés es una respuesta natural del organismo ante situaciones desafiantes, pero cuando se vuelve constante, puede afectar nuestra salud y nuestro bienestar. ¿Te identificas con alguna de estas señales?
- Sientes que tu mente está en constante alerta, como si nunca pudieras relajarte por completo.
- Te resulta difícil encontrar momentos de calma, incluso en actividades que antes disfrutabas.
- Experimentas una sensación de sobrecarga, como si las demandas del día a día fueran demasiado.
- A menudo te sientes irritable o frustrado/a, incluso sin una razón aparente.
- Tu cuerpo se resiente: tal vez has notado dolores musculares, tensión o dificultad para dormir.
- Te cuesta desconectar de las preocupaciones, y los pensamientos recurrentes parecen no darte tregua.
- Sientes que el equilibrio entre tus responsabilidades y tu bienestar se está desequilibrando, dejándote agotado/a.
Si te reconoces en varios de estos puntos, el estrés está afectando tu calidad de vida y ya no es tan “bueno”.
Cuando el estrés es “bueno”:
El estrés es una respuesta fisiológica que nos prepara para afrontar situaciones de demanda o peligro. Según Hans Selye, pionero en la teoría del estrés, nuestro cuerpo pasa por tres fases cuando sentimos estrés: alarma, resistencia y agotamiento. Inicialmente, nos activa para afrontar un reto (y eso es bueno), pero si el estrés se mantiene en el tiempo, puede desgastar nuestro organismo y afectar la salud física y mental.
Desde la teoría polivagal, se entiende que el estrés activa nuestro sistema nervioso autónomo, generando reacciones de lucha, huida o bloqueo. Si estas respuestas se cronifican, ya no son tan funcionales y pueden dar lugar a problemas emocionales y de salud.
Entonces, el estrés es normal en ciertas situaciones, pero si se vuelve persistente o desproporcionado, es señal de que necesita ser atendido. Vivir con estrés continuado no es una buena opción.
Síntomas del estrés cronificado, el estrés “malo”
El estrés cronificado puede manifestarse de diversas formas,te dejo aquí los más característicos:
Síntomas físicos:
- Tensión muscular y dolores de cabeza.
- Alteraciones del sueño.
- Problemas digestivos.
- Fatiga constante.
Síntomas emocionales y cognitivos:
- Irritabilidad y cambios de humor.
- Dificultad para concentrarse.
- Sensación de estar abrumado/a.
- Pensamientos recurrentes o preocupaciones excesivas.
Causas del estrés
Las causas del estrés pueden variar según la persona y el contexto. Algunas de las más comunes incluyen:
- Estrés laboral: Demandas excesivas, conflictos en el trabajo o falta de equilibrio entre vida personal y profesional.
- Estrés emocional: Problemas personales, relaciones complicadas o preocupaciones internas constantes.
- Estrés postraumático: Consecuencia de haber vivido eventos traumáticos.
- Estrés sin motivo aparente: A veces, el estrés surge sin una razón clara, debido a acumulaciones de pequeños factores que sobrecargan el sistema nervioso.
- Estrés crónico: Ocurre cuando el estrés persiste por largos periodos sin resolverse, afectando la salud física y mental.
- Estrés agudo: Se da en situaciones específicas e intensas, como una presentación importante o un accidente.
Cómo reducir el estrés
Existen estrategias eficaces para gestionar el estrés y recuperar el bienestar:
- Regular el sistema nervioso: Aplicando los principios de la teoría polivagal, se pueden emplear técnicas de respiración profunda y movimientos corporales para activar el sistema de calma. Así como aprender ejercicios básicos de regulación emocional que en Cais podemos enseñarte.
- Afrontar el problema con recursos internos y externos: Identificar los estresores y trabajar en estrategias para afrontarlos de manera eficaz.
- Aprender técnicas de reducción del estrés:
– Ejercicios de respiración para calmar el sistema nervioso.
– Mindfulness y meditación para reducir el estrés mental y aumentar la atención plena.
– Actividad física para liberar tensión y generar bienestar.
– Mejorar la calidad del sueño y la alimentación para fortalecer el organismo.
Ojito cuándo el estrés toma el control
El estrés no debería ser una constante en la vida. Si sientes que ha tomado el control, es momento de buscar ayuda. En terapia, trabajamos para:
- Identificar y comprender los desencadenantes del estrés.
- Regular el sistema nervioso y desarrollar estrategias para afrontarlo.
- Explorar cómo el trauma y la historia personal influyen en la respuesta al estrés.
- Recuperar el equilibrio emocional y prevenir futuras recaídas.
El estrés es una respuesta natural, pero cuando se vuelve constante o abrumador, es necesario tomar medidas. No esperes a que afecte tu salud y bienestar. Con el apoyo adecuado, puedes recuperar el control y vivir con mayor equilibrio y tranquilidad.
El mejor tratamiento para el estrés
Existen diferentes enfoques terapéuticos para tratar el estrés:
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): Identifica y modifica patrones de pensamiento que generan estrés.
- Terapia basada en la teoría polivagal: Trabaja en la regulación del sistema nervioso para reducir el estado de alerta constante.
- Terapia EMDR: Indicada para el estrés postraumático y traumas no resueltos.
- Terapia integradora: Combina diferentes enfoques según las necesidades individuales.
- Terapia centrada en la persona: Crea un espacio seguro para explorar emociones y preocupaciones.
Tras más de 15 años ayudando a personas que sufren de estrés encontramos que la combinación de estas terapias conforman el mejor tratamiento para el estrés según nuestra experiencia.
Si sufres estrés aquí en Cais podemos ayudarte.
El estrés es una respuesta natural, pero cuando se vuelve constante o abrumador, es necesario tomar medidas. No esperes a que afecte tu salud y bienestar. Con el apoyo adecuado, puedes recuperar el control y vivir con mayor equilibrio y tranquilidad.