En el contexto de la terapia, debemos acompañar al paciente o cliente para poder identificar “lo importante”, lo que es importante para él, no lo que los otros, la sociedad, la familia, los amigos,… creen o han decidido que es importante.

¿Pero de qué estamos hablando cuando decimos “lo importante”?

¿Qué enfermedad o trastorno padece?

¿Qué síntomas está mostrando?

¿Cómo su problema afecta a su vida?

¿Cómo afecta a su entorno?

Todas estas cuestiones pueden ser claves en la consulta del psicólogo para establecer diagnósticos, pero en muchas ocasiones nuestro cliente/paciente puede no padecer ningún trastorno mental pero sí algún desajuste que le produce sufrimiento.

Por ello, cuando hablamos de “lo importante” para el cliente le tendremos que acompañar para encontrar respuesta a los siguientes interrogantes:

  • ¿Qué da sentido a tu vida?
  • ¿Cuál es el propósito de tu vida?
  • ¿Qué es para ti una vida significativa?
  • ¿Cuál es el mayor propósito de tu vida?

En muchas ocasiones nos encontraremos con personas en la consulta que ante estas cuestiones quedaran bloqueados. Encontraremos personas fusionadas con su malestar.

En este escenario, será de vital importancia para un buen proceso terapéutico de acompañamiento, es decir, para poder ayuda al cliente, ponerlo  en el centro de la intervención ya que él será quien más sabe de su vida y quien tendrá la respuesta a las preguntas. Sólo así la terapia será efectiva y la persona podrá retomar las riendas de su vida manejando su malestar desde otra visión, sin dejarse arrollar por él.

Si sabemos a dónde nos dirigimos, podremos diseñar juntos el camino.