En psicología siempre se habla de que una de las claves para sentirse bien es tener una correcta autoestima. Pero muchas veces nos perdemos en el concepto, lo percibimos demasiado abstracto,  y no acabamos de entender en qué consiste tener un nivel suficientemente alto de autoestima.

Podríamos definir la autoestima como  la valoración, percepción o juicio positivo o negativo que una persona hace de sí misma en función de la evaluación de sus pensamientos, sentimientos y experiencias.  O lo que es lo mismos, el valor que una persona se da a sí misma.

La autoestima nunca va a depender de lo que tienes, de lo que sabes o de lo que eres, va a depender siempre de la aceptación personal.

La autoestima es evolutiva y puede cambiar a lo largo de toda nuestra historia de vida. Todas nuestras experiencias la pueden ir alterando. Des de niños vamos construyendo el concepto que tenemos de nosotros mismos; nos vamos formando una idea de quienes somos, si nos gustamos o no, si nos aceptamos no. Vamos creando unas expectativas acerca de nuestras posibilidades; cuales son nuestras virtudes, nuestras fortalezas y también nuestras debilidades y limitaciones. Así mismos, es en la edad temprana cuando vamos moldeando el concepto de nosotros mismos.

Para poder comprender mejor la autoestima es importante detallar los elementos que la componen.

–          Componente Cognitivo: Lo que pensamos acerca de nosotros mismos. Incluye la opinión, ideas y creencias que se tiene de uno mismo.

–          Componente Afectivo: Juicio elaborado sobre lo que sentimos, cualidades personales, la respuesta afectiva ante la percepción de uno mismo.

–          Componente Conductual: Lo que hacemos, nuestra decisión e intención de actuar.

En efecto, nuestro nivel de autoestima puede determinar nuestras actitudes, nuestras relaciones, nuestros proyectos y  sueños…

Por todo lo mencionado es de extrema importancia cuidarte como lo haría una persona querida contigo, ser bondadoso. Haz aquello que más de guste, reconoce tus logros y no te quedes únicamente en los errores.

Podemos hablar de autoestima baja, cuando una persona no se quiere a si misma, no se acepta y no valora sus cualidades. Que no valore sus cualidades no significa en absoluto que no las tenga, pero en muchas ocasiones no tiene la capacidad de verlas. A nivel conductual, esta persona puede dejar de hacer cosas y de enfrentarse a nuevos retos por miedo a no conseguirlos ya que puede que crea que no será capaz de lograrlo.

Aunque a muchas persones en ciertos momentos de su vida les cueste identificar, todos y cada uno de nosotros nacemos con unas cualidades o fortalezas. Todas ellas son nuestros puntos fuertes; aquellas habilidades que se nos dan bien, aquello en lo que destacamos. Tal y como ya hemos mencionado, la persona con baja autoestima tiene dificultades para identificarlas y en ciertas ocasiones pueda dudar en si realmente las tiene.

A continuación, y para terminar, os planteamos un ejercicio para buscar y potenciar tus fortalezas.

Piensa en 1 logro que hayas conseguido a lo largo de tu vida.

Si te cuesta encontrarlo es porque no estás siendo generoso contigo mismo, así que imagínate que ese éxito lo hubiera conseguido un amigo, ¿qué le dirías?, ¿cómo se lo reconocerías?

Piensa qué características personales positivas son necesarias para conseguir cada uno de esos logros: la curiosidad, la iniciativa, la constancia, la perseverancia…

Todas estas características son tus fortalezas.

Créetelas y siéntete merecedora de todas ellas. Puedes repetir el ejercicio con diferentes logros, cuándos más hagas más características persones te saldrán.

Cuídate y mímate, nadie mejor que tu lo puede hacer.