CUANDO LO VIVIDO SE REPITE UNA Y OTRA VEZ.
Todos vivimos experiencias que nos marcan a lo largo de la vida, pero por lo general con el tiempo, el apoyo de familiares o amigos y el autocuidado podemos superarlas.
Cuando la experiencia es tan intensa o el efecto que produce en nosotros es tan intenso genera un grave malestar que interfiere en el día a día de la persona. Si los síntomas no mejoran con el tiempo es posible que haya desarrollado un trastorno por Estrés Post-traumático (TEPT). Las personas con TEPT no recuperan el equilibrio emocional pasado un tiempo, se sienten estresados y asustados mucho después que el trauma haya terminado.
Los síntomas de TEPT suelen aparecer poco después del evento traumático pero puede aparecer meses o incluso años después alterando la vida de la persona y su bienestar psicológico y emocional.
Las personas con TEPT pueden desarrollar ansiedad, depresión, trastornos alimentarios, trastornos psicosomáticos, problemas con el consumo de alcohol o drogas, adicciones o otras conductas compensatorias para evadirse del malestar o pensamientos e ideas suicidas.
Algunos de los síntomas del tept son:
No es necesario que la persona cumpla con todos los síntomas y señales, de hecho sólo es necesario que experimente algunos de estos síntomas para considerarse tept.
- Reexperimentar el trauma:
- Aparecen recuerdos e imágenes angustiosos de forma recurrente a pesar de nuestros esfuerzos por evitarlos.
- Pesadillas.
- Reacciones físicas y emocionales intensas ante estímulos que recuerdan al trauma.
- Hipervigilancia y reactividad:
- Sentirse en alerta constante o sobresaltarse fácilmente.
- Sentirse irritable o con arrebatos de rabia.
- Problemas para concentrarse.
- Dificultades para dormir o mantener el sueño.
- Síntomas cognitivos y emocionales:
- Pensamientos o expectativas negativas sobre uno mismo, los demás o el mundo
- Pérdida de interés por cosas que antes disfrutaba.
- Sentimiento de culpa o vergüenza por lo ocurrido.
- Miedo, terror, angustia, enfado, culpa o vergüenza persistente.
- Sentimiento de desapego o extrañamiento de los demás.
- Incapacidad persistente de experimentar emociones positivas (p. ej., felicidad, satisfacción o sentimientos amorosos).
- Puede haber incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma o bien recordar detalles exactos.
- Evitación:
- Intentos por evitar recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos.
- Intentos por evitar lugares, personas, actividades, objetos o situaciones que despierten recuerdos.
- Reacciones disociativas:
- Sentimiento de irrealidad del entorno, como si pudiera verlo desde fuera (desrealización)
- Sentimiento de desapego como si uno mismo fuera un observador externo de lo que piensa, siente o observa (despersonalización).
Algunos de los factores que pueden favorecer en el desarrollo de un TEPT son:
- Haber sufrido experiencias de vulnerabilidad, carencia afectiva, maltrato o discriminación en etapas anteriores sobretodo en etapas más vulnerables como la infancia o la adolescencia.
- Carecer de vínculos afectivos seguros y estables durante la infancia.
- Experiencias estresantes intensas y duraderas.
- Carecer de un buen sistema de apoyo familiar o social.
- Tener familiares o predisposición genética a sufrir ansiedad o depresión u otros problemas o trastornos psicológicos.
- Tener problemas con consumo de sustancias, como beber alcohol en exceso o tomar drogas
