Vivimos en una nueva era tecnológica, donde la tecnología ha transformado nuestra forma de vivir, trabajar y comunicarnos. Esta revolución tecnológica también ha planteado importantes desafíos y riesgos, especialmente cuando se trata del uso indebido de la tecnología, especialmente entre los adolescentes. La tecnología se ha convertido en una necesidad en nuestras vidas diarias. Desde la educación hasta el entretenimiento, la tecnología ha mejorado y simplificado muchos aspectos de nuestras vidas. La información está al alcance de nuestras manos en cualquier momento y lugar, lo que nos permite aprender y mantenernos actualizados sobre diferentes temas. Además, la tecnología ha revolucionado la forma en que nos comunicamos, permitiéndonos conectarnos con personas de todo el mundo en cuestión de segundos. Sin embargo, el uso excesivo e inapropiado de la tecnología puede tener consecuencias negativas, especialmente entre los adolescentes para la salud mental y emocional. A continuación, detallaremos, algunos de los riesgos más comunes:

 

  1. Adicción tecnológica: El uso excesivo de dispositivos electrónicos y las redes sociales puede llevar a una dependencia y adicción a la tecnología. Esto puede afectar negativamente la capacidad de los adolescentes para concentrarse, interactuar socialmente y participar en actividades saludables. Establecer límites claros en el tiempo de pantalla, fomentar actividades alternativas, como el deporte, la lectura o el arte, y promover la conciencia sobre el uso consciente y equilibrado de la tecnología serian opciones para combatirlo.
  2. Aislamiento social: El uso masivo puede resultar en un aislamiento social, ya que los adolescentes pueden pasar menos tiempo interactuando cara a cara con amigos y familiares. Esto puede afectar negativamente su desarrollo social y emocional. Fomentar la participación en actividades sociales fuera de la pantalla, promover el tiempo de calidad en familia y establecer límites en el uso de dispositivos durante las interacciones sociales ayudaría a mejorarlo.
  3. Ciberacoso: Las redes sociales y otras plataformas en línea pueden exponer a los adolescentes al ciberacoso, que puede tener un impacto significativo en su bienestar emocional. El acoso en línea puede llevar a la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental. Educar a los adolescentes sobre los riesgos, fomentar un ambiente de confianza donde se sientan seguros para comunicar cualquier incidente de acoso y promover la importancia de bloquear y denunciar a los acosadores en línea son esenciales para detectar y poder intevenir.
  4. Comparación social y baja autoestima: Las redes sociales pueden fomentar la comparación social y contribuir a la baja autoestima en los adolescentes. Al ver las vidas «perfectas» y editadas de otros en línea, los adolescentes pueden sentirse inferiores y desarrollar una percepción distorsionada de sí mismos. Fomentar una educación sobre la realidad de las redes sociales y el uso de filtros, promover una imagen corporal positiva y el desarrollo de habilidades para la resiliencia y la autoestima son elementos que empoderan y mejoran.
  5. Pérdida de privacidad: El mal uso puede llevar a la pérdida de privacidad, ya sea a través de la divulgación de información personal en línea o el acceso no autorizado a datos personales. Esto puede generar ansiedad y preocupación. Enseñar a los adolescentes sobre la importancia de proteger su privacidad en línea, educar sobre los riesgos de compartir información personal y promover la configuración de opciones de privacidad adecuadas en las redes sociales y otras aplicaciones aportarían la confianza y la protección.

 

En el blog de hoy nos hemos centrado de manera más explícita en edades más temprana ya que consideramos que están en una etapa de mayor vulnerabilidad, pero cabe destacar que los riesgos anteriormente descritos los podemos tener todos y todas. Es por ello que es de vital importancia poner en practica todas las medidas preventivas mencionadas para utilizar la tecnología, tan importante hoy en día, de una manera responsable, satisfactoria y segura.

 

Meritxell Alcaraz