Los estados negativos a los que nos solemos enganchar son el auto-juicio o autocrítica, la crítica hacia los demás, la culpa, la preocupación constante, el autosabotaje, la tristeza, la ansiedad, la ira, el miedo, la envidia.

A veces estos estados aparecen incluso cuando las cosas nos van bien, entonces nuestra mente empieza a sabotearnos con pensamientos del tipo… todo está bien, pero ¿qué va a pasar ahora?, o esa frase… ‘demasiado bonito para ser verdad’, o ‘estamos bien, pero tengo miedo a que todo se estropee de nuevo’, ‘estoy bien, pero es raro no tener ansiedad’, ‘todo va bien, pero tengo miedo a fracasar o que me dejen de lado’… y es entonces cuando no nos permitimos estar bien.

A nuestro cerebro primitivo le puede resultar raro que todo vaya bien, pues durante miles de años el ser humano ha tenido que vivir en estado de alerta (miedo a los depredadores, falta de alimento, falta de cobijo) y esto todavía está presente en nuestro ADN.

Los orígenes de estos estados negativos pueden ser muy variados y pueden incluir factores psicológicos, emocionales y ambientales. Algunos de ellos son:

  • Trauma o experiencias negativas en la infancia: las experiencias negativas en la infancia como el abuso o la negligencia pueden afectar la forma en que una persona se siente y piensa sobre sí misma y el mundo que la rodea.
  • Baja autoestima: la falta de confianza en uno mismo y en sus capacidades puede llevar a sentimientos de inseguridad o tristeza.
  • Problemas de relación: las relaciones con los demás pueden ser una fuente de estrés y dolor emocional especialmente cuando hay desavenencias o conflictos.
  • Problemas laborales o económicos: el estrés laboral, problemas con los compañeros o preocupaciones financieras puede aumentar la ansiedad, la ira y la inseguridad.
  • Cambios importantes en la vida como la pérdida de un ser querido, una enfermedad, un traslado o cambio de trabajo, pueden ser estresantes y desencadenar sentimientos negativos.

Estos estados sirven para impedirnos dar el gran salto en nuestra vida para poder vivirla con plenitud, para poder crecer, desarrollarnos, auto-realizarnos y simplemente disfrutar y ser felices.

¿Qué pasa cuando no te atreves o no puedes pasar a la acción, reinventarte, o dejar salir y brillar a tu auténtico ser sin estos estados negativos?

¿Te imaginas ser capaz de regular tus emociones negativas y poder gestionarlas para que no te impidan vivir una vida plena?

Esto a menudo no es fácil, pues estas emociones se apoderan de ti y pensamientos negativos irrumpen en tu mente uno detrás de otro.

Estos estados pueden ser difíciles de superar, pero es posible con la ayuda de terapia, meditación y otros enfoques de autoayuda.

Es importante poder responsabilizarte de tu vida, gestionar tus emociones y tomar acción para estar mejor.